domingo, 10 de octubre de 2010

Despertá..

Abrir los ojos tiene sabor agridulce. Por un lado, como que se pierde la magia. Pero por el otro, se sale del engaño. A veces lo que tenemos que ver es tan horrible, que preferimos no ver, vivir en una cajita de cristal. Y otras veces la cajita se rompe, y no queda otra que abrir los ojos, y mirar los que no queremos ver. El corazón se nos estruja y nos quedamos sin aire, ahogados. Duele abrir los ojos. Es como salir de la oscuridad, que la luz te enceguece. Ojos que no ven, corazón que no siente. Mejor mirar para otro lado, dicen. Meter la cabeza abajo de la tierra es mas facil, como hace la avestruz. Pero para que algo cambie hay que romper la burbuja, hay que salir de la cajita de cristal... Abrir los ojos y animarse a ver. Aunque lo que haya para ver te mate por dentro. A veces aunque no nos guste la realidad y prefiramos la ficcion, debemos salir del sueño que no nos deja vivir, tenemos que terminar con la fantasia que nos tapa el agujero de lo verdadero. Y ahi cuando decidis abrir los ojos, es cuando se te hace mas facil volar..

viernes, 8 de octubre de 2010

Necesitas recordar la dirección de tu casa para saber a dónde volver. Necesitás recordar tu nombre para saber quién sos. ¿Por qué hay cosas que olvidamos y otros recuerdos que nos persiguen sin descanso? ¿Uno se aferra a los recuerdos, o los recuerdos se aferran a uno? Te atrapan y no te sueltan. ¿Qué quieren los recuerdos? ¿Por qué insiste tanto la memoria? ¿La memoria es el pasado que quiere seguir siendo presente? Todo lo que vivimos se muere, se ahoga en el pasado ¿La memoria es un manotazo de ahogado para que esas cosas no mueran? La memoria tiene vida propia. No es uno, sino ella la que elige qué cosas deja morir en el olvido y qué cosas mantener vivas. La memoria es como un rompecabezas, que te rompe la cabeza. Son como fichas, piezas sueltas que uno tiene que ir reacomodando. La memoria siempre está en movimiento. Tener experiencia en realidad es tener buena memoria, es escuchar lo que nos susurran los recuerdos. La memoria es una boxeadora que pelea contra el olvido: a veces tira la toalla y a veces gana por knock-out, pero siempre lucha. Una llave, eso es lo que buscamos cuando buscamos en la memoria. Una llave que nos ayude a salir del laberinto. Una llave que abra la puerta de nuestra propia identidad. Porque sobre todo, la memoria… está viva.
Nadie quiere ser nunca la diferencia del montón, la excepción a todos, el que no sigue los pasos de los demás. Con esto me refiero a que siempre todos decimos “no me importa lo que digan; soy como soy” cuando si, nos importa y mucho. Porque son los demás los que nos ayudan a cambiar, porque son los demás los que nos muestran lo que no queremos ver, porque son los demás los dueños de nuestro autoestima. Una palabra puede tirarte el mundo entero abajo (ojo igual no te importa lo que digan eeee). A lo que quiero llegar es a que uno nunca sabe como llegan las palabras del otro lado, uno se arriesga a decir lo primero que se le ocurre, total “soy sincero” o “me gusta decir las cosas de frente” a mi SI me llega mucho lo que me dicen los demás, no porque dependa de la opinión ajena sino porque con cada cosa que me dicen me doy cuenta como me ven ellos, y hay muchas veces que se aprovechan de eso y lo usan para lastimar. ¿Alguien alguna vez tendrá el valor de ser la diferencia?, ¿De realmente dejar a un costado lo que digan y solo escucharse a si mismo? Yo en parte lo quiero hacer, aunque sé que una opinión de afuera siempre va a ser necesaria, porque depende del lugar donde este uno, la misma cosa se puede ver de diferentes maneras.